Moisès Gil presenta ESTRUCTURA - COS – ESPAI, d'allò privat a allò públic, l’exposició d’escultures al passeig marítim de Cala Rajada

14-Març-2016
D’ell ha escrit Romà de la Calle, Catedràtic Universitat de València-Estudi General:

“Afirmar que la imagen escultórica de la figura humana siempre ha despertado –para nuestra mirada– una singular pregnancia en el mantenimiento de su interés y seguimiento visuales y que ha potenciado además, a través de todas sus posibles metamorfosis expresivas, una especial capacidad de significación, no deja de ser la puntual formulación de un principio de lógica obviedad, plenamente constatada en el dominio de la comunicación artística.

Por otra parte, atestiguar que –desde un punto de vista formal– la construcción, en el espacio, de estructuras geométricas exentas, plenamente armónicas y regulares en sus trazados, activando con su presencia el compartido concepto de cobijo, refugio o habitáculo arquitectónico, no hace sino propiciar, estéticamente, el surgimiento de una fuerte tensión escenográfica al socaire de nuestras posibles intervenciones en ellas.

Pues bien, si sumamos ambas opciones, por una parte, la presencia prioritariamente reiterada de la figura humana y, por otra, la coexistente proliferación, asimismo, de estructuras geométricas exentas, tendremos ya perfectamente definidos los dos parámetros escultóricos –en principio, radicalmente distintos y opuestos entre sí– que constituyen el fundamento y punto de partida de la actividad escultórica desarrollada por Moisés Gil (Cocentaina, 1963) durante cerca de tres décadas, a partir de una doble tradición que bebe directamente del expresionismo, en la elaboración de la siempre emblemática figura humana, y del constructivismo, en la radical normativa que regula la presencia de las potentes escenografías arquitectónicas.

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Ciertamente, a lo largo de su prolífica trayectoria, Moisés Gil no ha dejado de presentarnos –en una sostenida metáfora– las más diversas aventuras narrativas en torno de la figura humana, en el problemático contexto de su existencia contemporánea. Lo que supone, en igual medida, su directa implicación personal –como escultor inquieto y comprometido– en el marco plural del complejo universo humano.

Sus figuras humanas, realizadas habitualmente en aluminio, manteniendo fijadas sus características expresivas, incluso al margen de sus dimensiones, según las esculturas promovidas, en cada situación, de acuerdo con los encargos y propuestas recibidas, aseguran la presentación de un determinado carácter genérico y universal. Sin rasgos concretos personalizados, apuntan siempre y por igual al sujeto humano en general, sin privatizaciones ni singularidades específicas. Diríamos que sus esculturas nunca tienen apellidos de identificación, pues sólo desempeñan, más bien, explícitas funciones: homo faber, homo ludens, homo socius, homo viator…

Por el contrario, las estructuras geométricas estandarizadas, desarrolladas comúnmente en acero tratado, oxidado y envejecido, presentan colores y texturas totalmente diferentes y contrastadas frente a las figuras de aluminio. De ahí la fuerte distinción que el contemplador ejercita –visualmente– entre la figura humana y las arquitecturas en las que habita y donde se plantean “contextos diferenciales” –como al propio Moisés Gil le gusta subrayar– respecto a las situaciones que sus esculturas crítica y/o testimonialmente representan y comunican.